El mejor equipo de los últimos 50 años anunciaba con bombos y platillos el acuerdo con el FMI, contento por controlar la corrida -o como la llamó el Presidente "la tormenta"- con más endeudamiento. Son variadas las causas por las que el mercado argentino pierde el interés de los inversores internacionales, pero la pésima actuación política de esta administración, más preocupada en fomentar la fuga que otra cosa, se convierte en una bomba de tiempo.

El dólar se disparó $ 1 este viernes y marcó un nuevo récord histórico a $ 29,71 en bancos y agencias de la city porteña, según el promedio de ámbito.com, en medio de una mayor demanda, ante la incertidumbre e inestabilidad tanto externa como local. 

Según las causas enumeradas en un informe del mismo sitio especializado, en todo el mundo el índice dólar se apreciaba contra las divisas locales como consecuencia de que los inversores temen por las tensiones comerciales globales y la fuerte actividad económica de Estados Unidos. Esta situación internacional golpeó más fuerte sobre las monedas de mercados emergentes -como el  nuestro- debido a la contienda arancelaria entre Washington y China.

En cuanto al mercado nacional, los inversores locales se volcaron con fuerza a la divisa estadounidense ante el ruido político por el desfile de empresarios ligados a la obra pública por las oficinas judiciales, en la investigación que apunta a un millonario sistema de sobornos. La suba del riesgo país -se dispara en lo que va del mes casi 15% hasta los 633 puntos, el mayor desde julio de 2015- y el endeudamiento argentino implican un mayor impacto en nuestra economía.

Otro factor se define en el inminente final de la cosecha gruesa de granos por lo que disminuirán considerablemente las liquidaciones de divisas. Así mismo, el recorte progresivo del monto subastado a diario por el Banco Central -que cayó de u$s 100 millones iniciales, hasta los actuales u$s 50 millones- también presiona en favor de la devaluación del peso.