El gobierno de Mauricio Macri ha creado, mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) firmado el 22 de diciembre, un megacanje de deuda que creará nuevos intereses para el Estado Nacional. La operación, liderada por el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, y el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, involucra 16.099 millones de dólares.
El megacanje, según informa el periodista económico Alfredo Zaiat en el diario Página 12 de hoy, consiste en cambiar dos Letras Intransferibles emitidas por el Tesoro Nacional y recibidas por el Banco Central a tasas de interés casi nulas en 2006 y 2010, por tres bonos denominados Bonar con vencimientos en el 2022, 2025 y 2027, y con tasas superiores al 7%. El cambio de Letras valuadas en 16.099 millones de dólares se realizará por bonos de 13.697 millones de dólares (quita del 15 por ciento del capital).
Sturzenegger, uno de los líderes de este proyecto, se encuentra actualmente procesado por la causa del megacanje realizado durante el gobierno de de la Rúa, debido a manejos ilegales en cuanto al pago de comisiones y por haber favorecido a distintas amistades desde su puesto de funcionario público.
Esta podría ser la primera de muchas transacciones, ya que el megacanje podría sumar otros 48.387 millones de dólares, para totalizar 64.486 millones de dólares. Esto sucede debido a que hay otras Letras Intransferibles correspondientes a 2011, 2012, 2013, 2014 y 2015, por lo que si el gobierno utiliza el mismo mecanismo se llegaría a la cifra que Prat-Gay redondeó en 65 mil millones en su primera conferencia de prensa.
Según Zaiat, si el megacanje II se completa por el total de 65 mil millones de dólares en iguales condiciones de quita de capital, tasas y plazos que esta primer etapa, los servicios de deuda adicionales en casi nueve años (el período promedio de los bonos emitidos) serán de 36.638 millones de dólares.
En la operación participan el Tesoro Nacional y el Banco Central, junto a un grupo de bancos internacionales como el HSBC, JP Morgan, Deutsche Bank, Citibank y Goldman Sachs. Los nuevos bonos serán entregados en garantía a esos bancos internacionales por un préstamo a la entidad monetaria liderada por Sturzenegger. El monto sería de 5.000 a 10.000 millones de dólares. Así, esos bancos cobrarán una tasa de interés por esta operación financiera. Los dólares de ese crédito sumarán al stock de reservas del Banco Central, y en caso de no devolverlos, los prestamistas se quedarán con los bonos.
El principal cambio es que las Letras (deuda pública) que tenía en su poder el Gobierno eran intransferibles, o sea no podían venderse en el mercado financiero, y tenían una muy baja tasa de interés. En cambio, los nuevos bonos (deuda privada) se podrán comercializar en el mercado y la tasa de interés rondará el 7,75 por ciento anual.

El gobierno de Mauricio Macri creó, mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) firmado el 22 de diciembre, un megacanje de deuda que creará nuevos intereses para el Estado Nacional. La operación, liderada por el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, y el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, involucra 16.099 millones de dólares.

El megacanje, según informa el periodista económico Alfredo Zaiat en el diario Página 12 de hoy, consiste en cambiar dos Letras Intransferibles emitidas por el Tesoro Nacional y recibidas por el Banco Central a tasas de interés casi nulas en 2006 y 2010, por tres bonos denominados Bonar con vencimientos en el 2022, 2025 y 2027, y con tasas superiores al 7%. El cambio de Letras valuadas en 16.099 millones de dólares se realizará por bonos de 13.697 millones de dólares (quita del 15 por ciento del capital).

Sturzenegger, uno de los líderes de este proyecto, se encuentra actualmente procesado por la causa del megacanje realizado durante el gobierno de de la Rúa, debido a manejos ilegales en cuanto al pago de comisiones y por haber favorecido a distintas amistades desde su puesto de funcionario público.

Esta podría ser la primera de muchas transacciones, ya que el megacanje podría sumar otros 48.387 millones de dólares, para totalizar 64.486 millones de dólares. Esto sucede debido a que hay otras Letras Intransferibles correspondientes a 2011, 2012, 2013, 2014 y 2015, por lo que si el gobierno utiliza el mismo mecanismo se llegaría a la cifra que Prat-Gay redondeó en 65 mil millones en su primera conferencia de prensa.

Según Zaiat, si el megacanje II se completa por el total de 65 mil millones de dólares en iguales condiciones de quita de capital, tasas y plazos que esta primer etapa, los servicios de deuda adicionales en casi nueve años (el período promedio de los bonos emitidos) serán de 36.638 millones de dólares.

En la operación participan el Tesoro Nacional y el Banco Central, junto a un grupo de bancos internacionales como el HSBC, JP Morgan, Deutsche Bank, Citibank y Goldman Sachs. Los nuevos bonos serán entregados en garantía a esos bancos internacionales por un préstamo a la entidad monetaria liderada por Sturzenegger.

El monto sería de 5.000 a 10.000 millones de dólares. Así, esos bancos cobrarán una tasa de interés por esta operación financiera. Los dólares de ese crédito sumarán al stock de reservas del Banco Central, y en caso de no devolverlos, los prestamistas se quedarán con los bonos.

El principal cambio es que las Letras (deuda pública) que tenía en su poder el Gobierno eran intransferibles, o sea no podían venderse en el mercado financiero, y tenían una muy baja tasa de interés. En cambio, los nuevos bonos (deuda privada) se podrán comercializar en el mercado y la tasa de interés rondará el 7,75 por ciento anual.