Un vergonzoso y lamentable hecho de violencia se volvió a dar en el fútbol brasileño. Lo peor de todo es que fue entre chicos de las juveniles.

Tras la final que el San Pablo le ganó al Palmeiras por penales, una furiosa batalla campal se desató entre ambos equipos. Hubo invasión de cancha y corridas por todo el Pacaembú.