A poco de la vuelta del fútbol brasileño, el intendente de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, anunció una noticia desopilante: como el presidente Jair Bolsonaro quiere asistir el jueves al choque entre Bangú y Flamengo, por el campeonato carioca, será el único "hincha" presente.

"El presidente Bolsonaro me dijo que viene, entonces no estará totalmente vacío el estadio Maracaná", dijo Crivella, del partido Republicanos, un pastor evangelista que es aliado del mandatario y su familia.

El partido con el que se retomará el campeonato carioca se jugará en el estadio Maracaná, que cumple 70 años de su construcción y en cuyas instalaciones secundarias funciona un hospital de campaña para víctimas de coronavirus.

Crivella dijo que la flexiblización de las restricciones ocurren por una "reducción de las muertes" por Covid-19 y aumento de la capacidad hospitalaria libre.

Pese a estas mejoras, Río de Janeiro es el segundo estado con más muertes en Brasil, con 7.729 fallecidos y más de 80.000 casos. En total y según el último balance oficial, el país entero se encuentra cerca de los 900.000 contagios y de las 44.000 muertes.