El hotel próximo a la costa del Canal Beagle es propiedad de la empresa Limay SA, de la que forman parte Julio Ricardo Grondona (hijo del ex mandamás de la AFA y presidente del club Arsenal de Sarandí); Genaro Aversa, cuñado de Grondona (y tesorero de Arsenal); el empresario Roberto Petti, hombre cercano a la familia y dueño de la agencia de viajes Rotamund; y su hijo Guillermo Petti.

Así lo pudo reconstruir Télam en base a documentos judiciales y a una investigación propia.

El desencadenante que desnudó la trama de lavado y su presunta relación con el negocio del fútbol surgió de un expediente judicial tramitado en Ushuaia a partir del año 2012, luego de que Guillermo Petti presentara una denuncia penal en la que manifestó haber sido defraudado por los restantes socios de Limay, incluido su propio padre.

Según surge de la causa Nº 27495, que tramita todavía en el Juzgado de Instrucción de Primera Nominación de la capital fueguina, a cargo del juez Javier de Gamas Soler, Petti (hijo) denunció una serie de maniobras consistentes en haber obtenido sumas millonarias provenientes de créditos tramitados por la sociedad, y en lugar de aplicarlos al hotel, haberlos "desviado hacia terceros desconocidos", perjudicando -así- su participación en el negocio.

Un hotel de los Grondona en Ushuaia fue vinculado y sería uno de los motores del FIFAgate

Lo que Petti (h) sostiene es que de esta forma su padre, Grondona y Aversa no sólo lo habrían defraudado patrimonialmente, sino que se habrían realizado movimientos económicos sospechosos, lo que ya dio lugar a que la justicia fueguina enviara copia de las actuaciones a la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC), que interviene en el caso desde junio de 2016.

La PROCELAC se interesó especialmente en uno de los hechos denunciados por Petti, que consiste en un contrato firmado por Limay SA y "Aparicio Enrique Byrom", con domicilio en el Reino Unido, el 12 de noviembre de 2010, por el que el hotel recibió un préstamo de 900 mil dólares.

Guillermo Petti sostuvo ante la Justicia de Ushuaia que los vínculos entre los propietarios del hotel fueguino y el negocio del fútbol están por todos lados.

Además de que Julio Ricardo Grondona es el presidente de Arsenal, y su cuñado Aversa es el tesorero, el escribano Federico Aldo Di Pace es vocal de la comisión directiva del club.

De acuerdo a la denuncia, Di Pace y su esposa, también escribana, Susana Margarita Maccario, habrían certificado actas "falsas" de directorio de Limay SA que posibilitaron la obtención de créditos en favor del hotel por $3.450.000 en el Banco de Tierra del Fuego, en un caso, y de más de $3 millones en sucesivas autorizaciones de giros en descubierto.

Por esta imputación, tanto los socios (Grondona, Aversa y Petti padre) como los escribanos fueron llamados a prestar declaración indagatoria, y todos (menos Petti) ya se presentaron.

En la contabilidad del Hotel Fueguino figura una factura de $1.795.000 con la empresa Coninser SRL por la compra de "equipamiento de gimnasio y salón de usos múltiples", cuando esa firma "no se dedica a la provisión de ese tipo de insumos", afirma el denunciante.

Los organismos judiciales serán los encargados de investigar si el Hotel Fueguino resulta o no otro apéndice de la red de lavado y corrupción nacional e internacional que salpica al mundo del fútbol.