Lo que es un clásico en todas las ediciones de la Copa Libertadores desde su creación, volvió a ocurrir en la madrugada de este miércoles. Hinchas peruanos lanzaron una gran cantidad de proyectiles y fuegos artificiales en la puerta y los alrededores del hotel donde la selección de Nueva Zelanda concentró la pasada noche. 

Esta artimaña es clásica en el fútbol sudamericano y se utiliza para no dejar que el rival descanse correctamente en las horas previas a un trascendental partido.