El Cai Aimar lo dejó en claro, es difícil solucionar los problemas que se generan cuando un grupo se divide. A Boca parece perseguirlo un karma: el de los planteles divididos y con jugadores peleados entre si.

Eso no fue problema para ganar todo con Carlos Bianchi cuando Palermo y Riquelme no se podían ver. Pero si lo pagó con alto costo cuando surgieron los halcones y palomas, y Latorre dejó retumbando para siempre la frase de que "es un cabaret".