Resulta que en 1991, Chris Eubank padre vivió algo similar luego de mandar al hospital al oponente de esa noche, Michael Watson, que luego de la pelea necesitó una intervención de urgencia. Es que un golpe en su cabeza le provocó un coágulo y Watson permaneció 40 días en coma, casi a punto de morir. 

El domingo, Eubank tuvo un 'deja vu' mientras miraba desde la platea la pelea de su hijo contra Nick Blackwell, el campeón británico mediano. Apenas terminó el octavo round, sorprendió a todos al subir al ring y hablar con su hijo.

Allí, le aconsejó: "Si el referí no detiene (la pelea), entonces no sé qué decirte, pero te diré esto: uno, si él no la detiene y continuamos golpeándolo así, va a salir lastimado; dos, si va a una decisión, ¿por qué el referí no detuvo la pelea? No sé".

Su hijo y los integrantes de su esquina lo escuchaba atentamente. Y le ordenó: "Entonces quizás no deberías dejarle (la decisión) al referí. Entonces, no lo golpearás más en el rostro. Lo golpearás sólo en el cuerpo".