A esta altura de los acontecimientos que alguien decida festejar su cumpleaños con vecinos, familiares y amigos demuestra que no entiende qué es lo que está pasando.

Que en ese festejo no se observen los más mínimos protocolos como la distancia social o el uso de barbijos lo hace aún más grave. Pero que sea el mismo protagonista de la infracción que resulta peligrosa para la salud de sus propios invitados ya lo convierte en un covidiota liso y llano.

El festejo no sólo se dio a poco del estallido de casos en River sino que el compañero de Villa, Esteban Andrada, tuvo que quedarse en Ecuador por haber dado positivo. VIlla debe jugar este jueves frente al Barcelona de Ecuador en la Bombonera.