El primer set fue parejo y de altísimo vuelo. Ambos tuvieron varias chances de quiebre pero fue Federer el que concretó en el octavo game para quedarse con el servicio del español y cerrar el set con su saque. En el segundo parcial, y si bien Nadal debió multiplicar esfuerzos para sostener su servicio, otra vez llegaron emparejados a la instancia decisiva hasta que el suizo volvió a quebrar en el momento justo: Federer asestó un golpe de nocaut en el noveno juego y volvió a sellar el resultado con su saque.

Federer impuso condiciones con su drive, con la que convirtió 19 de sus 29 winners durante el partido. Nadal luchó pero quedó desdibujado con la que probablemente sea la versión más completa en la carrera del suizo. La frustración de Nadal era evidente: ni habiendo mejorado pudo imponerse a un Federer que ya celebró las tres ediciones que entregó en este 2017 su eterna rivalidad. El suizo, quien será número cuatro del mundo desde el lunes, tiraniza el circuito: perdió apenas un partido en lo que va del año y se quedó con los tres títulos más importantes de la temporada.

Con los tres títulos en la valija, Federer completó su retorno en una forma que sorprende hasta a él mismo y descansará hasta la gira de polvo de ladrillo, en donde Nadal intentará de una vez por todas ganarle en un 2017 en el que la leyenda suiza parece invencible.

La nota es de La Nación