Juan Román Riquelme jugó su último partido en La Bombonera 11 de mayo de 2014. El rival era Lanús, Boca venció 3 a 1 y en el estadio había cuarenta mil privilegiados no sabían que ese día Román se iría del club para ya no volver.

Eran épocas de renovación de contrato, un tema que siempre fue complicado entre Riquelme y los dirigentes de Boca, con el agravante de que la relación con el presidente Daniel Angelici estaba lejos de ser la mejores.


Los hinchas exhibieron esa tarde carteles y banderas que presagiaban el final: "Para Román renovación ya" decía la cartulina que desplegaban con sus manos los plateistas y socios de la tribuna baja.


Una bandera en los palcos que dan a Del Valle Iberlucea era contundente: "Si te vas Román me muero" y otra atrás del arco de Brandsen que cruzaba el largo de la primer bandeja también: "Estarás siempre en el corazón de la hinchada de Boca".


Gigliotti, Colazo y Riaño anotaron para Boca y Santiago Silva descontó para Lanús, pero eso no fue lo importante: la ovación que se escuchaba cada vez que Riquelme tocaba la pelota era música para los oídos del "10" y un mensaje para la dirigencia.


En ambos bancos de suplentes había dos testigos que mucho tuvieron que ver en la exitosa historia deportiva de Riquelme y de Boca: Carlos Bianchi era el DT xeneize, y Guillermo Barros Schelotto el del "Granate".


Después vino la jugada inolvidable, cuando el torero dejó ese día su última finta y estocada: un caño a un rival sin tocar la pelota para dejar desairado a Carlos Izquierdoz, actual defensor de Boca.


Un rato antes, después de cansarse de recibir tantas patadas de Jorge "Marciano" Ortiz, se dio vuelta y le dio la pelota, como para que la viera un rato, en medio de otra ovación.


Los 44 del segundo tiempo marcaron el minuto clave: el cartel lo decía todo, 16 x 10, se sacó la cinta de capitán y se la entregó a Daniel "Cata" Díaz, le dio un beso a su reemplazante -Juan Sánchez Miño-, le dio un abrazo a Bianchi y se quedó sentado observando lo que sólo él sabía. Era su final en el club de la Ribera.


"Yo quiero seguir jugando a la pelota, veré donde lo hago. Al hincha de Boca lo llevo en mi corazón para siempre. Yo soy uno de ellos. Yo también soy hincha de Boca", fueron sus frases para la prensa.


Jugó seis meses más al fútbol, en Argentinos Juniors, el club en el cual surgió, y logró el ascenso a primera. El 26 de enero del 2015 anunció su retiro definitivo.

En sus vitrinas relucen las medallas lustrosas de su brillante carrera, como son cinco títulos nacionales y cinco internacionales con azul y oro, entre ellas las Libertadores de 2000, 2001 y 2007; y la Copa Intercontinental del 2000 en Japón ante el Real Madrid.


Y tal vez el máximo trofeo, el que no se corporiza: millones de hinchas de Boca por todo el mundo y millones de "anti Boca", todos coinciden -si de amar al juego del fútbol se trata- en definirlo como un crack.

Juan Román Riquelme | #ElPartidodel10 vs. Lanús (Fecha 18 - Torneo Final 2014)

(Fuente Telam)