El delantero tucumano de 34 años fue uno de los héroes del histórico pase de Colón a la final de la Copa Sudamericana.

Para conseguir esa hazaña, marcó el gol del triunfo en la ida, el empate sobre la hora en el Morumbí y el último penal de su equipo en la serie. No sólo eso, sino que lo ejecutó como si estuviese en el potrero. Hasta metió una risa pícara cuando la pelota estaba cruzando la red.

"Es algo maravilloso, lo pudimos lograr. Somos un grupo humilde. Me siento orgulloso por ser el capitán. Es para la gente, para los dirigentes y familiares, para los que están en el día a día. Las palabras sobran con lo que ves dentro de la cancha. Ves al utilero llorando con casi 80 años. Dan la vida por verlo campeón. Hoy estamos en la final y ojalá podamos ponerle una estrella a esta camiseta para quedar en la historia grande", expresó el 'Pulga' tras la clasificación.