Para los bilardistas es una herejía. Para los menottistas, un canto de sirenas. Para los bielsistas, un tema para estudiar con detenimiento. Lo concreto es que la propuesta es llamativa, pero no sería extraño que en los próximos años veamos a los arqueros cada vez más involucrados en la salida de sus equipos.

Y Pep Guardiola ya advirtió que el futbol se encamina hacia ese destino.