Un momento muy curioso se vivió este lunes en Santiago del Estero, por la séptima fecha del  Nacional B, cuando la segunda parte entre Central Córdoba y Chicago se demoró varios minutos en iniciar ya que no se distinguían bien las líneas del campo de juego.

La lluvia conspiró para que se borraran las líneas, pero todo se complicó cuando no encontraban las llaves del cuarto del club en donde estaba la pintura y el rodillo.

Un empleado del club rompió el candado y comenzó a pintar con los jugadores ya en la cancha. Como para agregarle más color a la situación, varios futbolistas se pusieron a colaborar para acelerar la tarea.

Finalmente, el juego se reanudó y Chicago se impuso 2-1 en su visita.