El inglés, que ingresó recientemente al Salón de la Fama de UFC luego de obtener el cinturón y haber peleado por más de diez años en la compañía, sorprendió a propios y extraños en su última entrevista con Luis J.Gomez en el podcast “Believe You Me”. 

Bisping, conocido por no tenerle miedo a violentos intercambios de golpes en el octágono, se quitó su ojo protésico para explicar lo que padeció durante el final de su carrera, en la que participó de 11 enfrentamientos sin la visión de uno de sus ojos.

El día que marcó un antes y después en su vida fue el sábado 19 de enero de 2013, fecha que peleó ante Vitor Belfort en San Pablo, Brasil. Esa noche su rival lo noqueó con una violenta patada a la cabeza seguida de golpes a ras de lona. 

El 'high kick' del brasileño, que años después fue suspendido por consumir hormonas para mejorar el rendimiento deportivo, le causó un desprendimiento de retina a Bisping, que fue operado en múltiples ocasiones de su ojo derecho. 

El inglés siguió peleando al máximo nivel pese a no contar con la visión de uno de sus ojos. De hecho, protagonizó once peleas más de las cuales ganó siete, incluyendo la del título ante Luke Rockhold u otras ante rivales de jerarquía como Anderson Silva o Dan Henderson.

Finalmente terminaron quitándole por completo el globo ocular para aliviar los contantes dolores. 

“La gente siempre me pregunta cómo luché con un solo ojo. Y yo siempre digo: ‘¡Con gran jodida dificultad!’”, aseguró el excampeón.

Así peleaba Bisping