Boca se llevó un gran triunfo luego de ganarle 4 a 2 a su eterno rival en condición de visitante, y una vez en el vestuario, escondido detrás de un muro de maderas negras, comenzaron los merecidos festejos.

Entre los cantos dedicados a River y los sándwiches de milanesa que comió el plantel, las instalaciones quedaron completamente sucias. Allí se pueden observar cáscaras de banana, botellas y panes desparramados por todo el lugar.