'El Mundo' de España afirma este martes que Lionel Messi no jugará el primer partido de la Copa América Centenario. Como era de esperar, esta información impactó negativamente en el país, ya que el seleccionado no podría contar con su capitán y máxima figura frente al rival más difícil del grupo: Chile.

La Audiencia de Barcelona cambió las fechas del juicio que se debe celebrar contra el jugador y su padre por tres presuntos delitos de fraude a Hacienda (el fisco) y en vez de comenzar el próximo 31 de mayo lo hará una semana después, el día 7 de junio.

Está previsto que este juicio dure cuatro días. El cambio lo acordó la sala tras la petición de una abogada de las partes personas, ya que la fecha anterior le coincidía con otro asunto. Pese a que Messi puede no estar presente cuando se le juzgue, ya que sólo pide prisión para él la acusación particular que ejerce la Abogacía del Estado, deberá acudir a declarar ya que la Fiscalía lo ha citado.

En caso de que el Barça llegue a la final de la Champions, que se celebra el 28 de mayo en Milán, el delantero dispondrá de una semana para preparar la cita en la Copa América, aunque antes deberá comparecer en el juzgado.

La Abogacía del Estado reclama 22 meses y medio de cárcel y una multa para Messi y para su padre, Jorge Horacio Messi, por tres delitos contra Hacienda al presuntamente defraudar a Hacienda 4,1 millones de euros entre el 2007 y el 2009.

El jugador ya depositó en el juzgado los cinco millones de euros para pagar a la Agencia Tributaria. Por su parte, la Fiscalía sólo acusa al padre de Messi por estos tres delitos y reclama que sea condenado a 18 meses de prisión, ya que ha tenido en cuenta el dinero que se ha pagado a Hacienda para reparar el daño.

El Ministerio Público considera que Messi que no tuvo conocimiento del fraude perpetrado presuntamente por su padre y que la intervención del delantero fue "puramente formal" ya que se limitó a seguir las indicaciones de su progenitor, "en quien confiaba plena y ciegamente". En su declaración ante el juez en septiembre de 2013 Messi aseguró que "de la plata se ocupa mi papá".

La Agencia Tributaria considera que Jorge Horacio Messi y su hijo crearon, a través de asesores, un entramado de empresas en paraísos fiscales que permitieron al jugador del Barça eludir el pago de impuestos por la explotación comercial de sus derechos de imagen. Gracias a ese ejercicio de ingeniería fiscal, con transferencias cruzadas entre compañías uruguayas, británicas y suizas, Messi ocultó 10 millones de euros que ganó esos tres años en contratos publicitarios con grandes compañías de todo el mundo y dejó de pagar 4,1 millones en concepto de impuestos.