Las noches de Copa Libertadores suelen ser distintas, tienen un color y un sabor diferentes a los de los encuentros por el campeonato local.

Y el primer cruce entre Vélez y Talleres no fue la excepción. Jugaron un partido a todo ritmo, con llegadas en los dos arcos, actuaciones individuales destacadas y una ambición ofensiva encomiable.

El local tenía todo controlado, ganaba dos a cero con dos cabezazos de Janson tras centros de Jara y manejaba el partido a su antojo, hasta que el equipo cordobés aceleró y le metió vértigo al trámite para igualar el marcador, con un destacado gol de Rodrigo Garro.

Sin embargo todavía había más y Sebastián Fernández, de zurda, puso las cifras definitivas.