La Conmebol armó un tremendo homenaje a los campeones del mundo. Una fiesta ya no a la altura sino mejor que las ceremonias europeas de balones de Oro y el acartonado glamour de la FIFA. 

Entre el especial reconocimiento a Leo Messi -réplicas de Copas, el regalo de Sole Pastorutti y la estatua-, desfilaron personas comunes cuyos mensajes se viralizaron durante el último Mundial en el que se consagró Argentina. 

Fernando Romero, autor de Muchachos, y el nene que se subió al Dibu Móvil; pero nadie emocionó tanto como José Andrada, el nene salteño de 13 años que lloró en un móvil de TV después del triunfo ante Países Bajos por los cuartos de final porque “no falta nada para que termine el Mundial y se va el más grande del mundo”. 

José fue el encargado de entregar las medallas a Nicolás Otamendi, Alexis Mac Allister, Nicolás Tagliafico y Germán Pezzella. Pero emocionó a todos con su historia. Enzo Fernández y Lionel Scaloni fueron los más afectados por lo que contó el nene, y no pudieron contener las lágrimas.