No es tan común en el ambiente del periodismo deportivo, donde muchos se cuidan para no tener que pasar malos tragos cuando van a cubrir partidos en algunas canchas, que digan de qué equipo son hinchas.

El auge de los periodistas partidarios y los streams de análisis futbolero revelando desde dónde se habla, cambió un poco las reglas, aunque los de la vieja guardia se resistan.

Martín Liberman, raleado de los grandes medios decidió que ya era hora de jugar, y como era de esperar, empezó a operar para el macrismo.