En su pretensión por adjudicarse por primera vez el trofeo de esta Liga Mundial, el equipo albiceleste reguló el ritmo después de la ventaja alcanzada. Pero lo hizo tan bien que no pasaron prácticamente apremios ante un elenco chino que apenas diseñó un tiro al arco en 60 minutos.

En ese primer tiempo, el equipo de Minadeo pudo haber ampliado la diferencia porque Granatto, Merino y Rebecchi gozaron de situaciones propicias, pero no se afirmaron bien como para rematar.

Lo cierto es que en el segundo período, el equipo argentino apostó a la tenencia de la pelota, a abrir la cancha por las bandas. Además no se desconcentró nunca en defensa y dejó que el tiempo transcurriera. Con ello fue suficiente.

Pilar Campoy marcó el gol que le permitió a las dirigidas por Gabriel Minadeo alcanzar una nueva final, en la que definirá el título frente a Nueva Zelanda, que previamente dejó en el camino a Alemania.