El arbitraje pasa uno de sus peores momentos, no tanto por la actuación individual de sus referís sino por la falta de conceptos unificados para resolver situaciones similares y las sospechas de miradas benevolentes para algunos equipos.

El caso más evidente de lo segundo son los fallos en los encuentros de Barracas Central, siempre sospechados por la presencia de Chiqui Tapia al frente de la AFA. Para lo primero basta como muestra lo sucedido en el partido que jugaron en La Paternal, Argentinos Jrs y Huracán.

Los cruces donde uno de los jugadores va con la pierna en alto e impacta conta su rival siempre es penado con tarjeta roja, sin embargo la durísima entrada de Cordero sobre Villalba para Herrera y los veedores del VAR no debió siquiera ser considerada.