El vínculo entre Antonio Mohamed y Huracán es de los que quedan pocos en el fútbol argentino. Una identificación como hincha, jugador y entrenador que lo llevó a ser un referente indiscutido de la institución.

Pero su último desempeño al frente del Globo no fue bueno y se tuvo que ir por la puerta falsa a los pocos partidos dados los flojos resultados.

La explicación es la falta de jugadores para desarrollar su estilo, y es entendible. Lo extraño, por parte de ambas partes, es que no se haya dispuesto un desarrollo más largo del trabajo a costa de domingos amargos.

Pero el Pollo fue por otro lado. Y acertó en el análisis. Tanto, que el Turco desnudó su alma frente a la audiencia.