Hace años que Gabriel Anello viene pululando por los medios de comunicación sin conseguir reconocimiento de sus pares ni del ambiente del fútbol que lo ve como un operador más que como un periodista.

Su método es el escándalo y de tanto en tanto hace ruido con alguna denuncia sonante que muy pocas veces se torna en realidad.

Esta semana estuvo en el candelero por sus declaraciones contra Juan Román Riquelme -conscientemente discriminadoras- con las cuales le pegó al presidente xeneize pero también al kirchnerismo por impulsar al INADI a sancionar las opiniones públicas que hacen centro en el color de piel, origen social u orientación sexual.

Ante el repudio generalizado Anello intentó desdecirse de lo ya dicho y argumentó haber puesto “una marcha más”, “no sentirse bien” y que “lo están operando”, para tratar de justificarse.