La Copa del Mundo es algo más que un evento deportivo, allí se entra en una lógica distinta donde diferencias históricas se ven vengadas simbólicamente al eliminar al rival de la competición.

Y para los marroquíes el partido con España es algo más que un cruce de octavos de final, es también la posibilidad de una reivindicación largamente esperada que excede los noventa minutos en disputa.

Por eso cuando se consumó la victoria marroquí, un periodista de un medio de ese país estalló en una mezcla de sentimientos, que no dejó ninguno guardado en su corazón.