Los argentinos que miraron el partido pusieron su expectativa en ver si Ramón Díaz, viejo zorro del fútbol argentino, podía dar el batacazo y destronar al campeón al que todos le quieren ganar.

Pero el Real Madrid tiene una experiencia sobrada en este tipo de definiciones y no suele fallar cuando la ocasión le queda propicia. 

Cuando todos esperaban el cruce con el Flamengo, un nuevo tropezón de un equipo sudamericano -presión, subestimación, falta de enfoque o un poco de cada cosa- le permitió al sorprendente Al Hilal dirigido por el Pelado, jugar la final, donde hizo lo que pudo, principalmente regalarnos un partido cargado de goles donde, como era de esperar, se impuso el campeón español.

Real Madrid campeón del mundo: Mundial de Clubes