Era el gol, la Copa y la gloria. Pero no. Fue otra imagen más que el pueblo argentino querrá olvidar rápidamente. La clarísima situación que desperdició Gonzalo Higuaín a los 120 minutos de juego de la final frente a Chile fue otra daga al corazón para el pueblo argentino.

Seguramente, vos lo gritaste y te levantaste del sillón, te abrazaste con tus amigos o tus familiares. Y después caiste en la desazón y la decepción. Más extremo fue como lo vivieron los propios jugadores de la selección.

Una imagen retrata el momento exacto en el que Mascherano, Biglia y Rojo se lamentan profundamente la chance errada. Tres de los pilares del fondo argentino se derrubaron en el césped del Estadio Nacional sin poder creer lo cerca que estuvieron de levantar la Copa América y cortar una racha de 22 años de sequía.