Apenas terminó el partido entre la Selección Argentina y Paraguay en el Defensores del Chaco, sorprendió el ingreso de algunos hinchas locales que encararon a Messi para fotografiarse.

Fueron tres o cuatro y enseguida la seguridad los sacó, entre los saludos de los jugadores de las dos selecciones. En medio de la bronca de no haber podido ganar, Leo se hizo un segundo para mirar a cámara. Y quedó inmortalizado en el teléfono de este joven guaraní, para siempre.