Uno de los campanazos de la Champions League lo dio el Porto de Conceiçao, que eliminó a la Juventus de Cristiano Ronaldo, uno de los favoritos al título.

Cuando todos esperaban la conferencia de prensa para escuchar las voces de los protagonistas, sucedió una situación fuera de lo común: llegó Conceiçao, el técnico del equipo ganador, y nadie, pero nadie, nadie, le hizo una sola pregunta.