Los insultos se escuchan claritos desde los micrófonos que toman el sonido ambiente del campo de juego. Y allí se puede ver el intercambio que se da entre el guardavallas visitante y un camarógrafo con quien se venía diciendo cosas desde antes.

Lo insólito es que Marcos Díaz lo invitó a pelear en medio del partido, cuando estaba por sacar del arco, y la siguió hasta con la pelota en juego.