Como si fuese un partido de niños en un cumpleaños, Carlos Maglio no soporto más ver como los 22 jugadores se agredían constantemente. Por ello, tomó una decisión insólita: a falta de 13 minutos para el final del encuentro, le informó a los capitanes de Estudiantes y Gimnasia que "la tarjeta amarilla no juega más", y se la alcanzó al cuarto árbitro.

La llamativa decisión del referí no fue tomada con seriedad por parte de algunos de los jugadores platenses. Tan es así, que luego del anuncio de Maglio, el volante 'pincharrata' Israel Damonte –que había ingresado hacía pocos minutos–, cometió una infracción sobre Mussis y se tuvo que ir a las duchas.

Por más que esta decisión excede el reglamento de FIFA, es una buena lección para que los profesionales aprendan a comportarse dentro del campo de juego y no lesionen a un colega, más aún cuando se trata de un partido de verano.