El fútbol argentino está lleno de errores, falencias y cosas que dan vergüenza. Pero esto realmente excede lo imaginado y deja expuesta a nuestra sociedad. En este caso, más que caerle a la AFA hay que hacerlo con el gobierno bonaerense. Vidal y sus ministros deberían preguntarse cómo un simple partido de fútbol puede ser prioridad por sobre la educación de chicos que sufren Trastornos del Espectro Autista (TEA, en sus siglas).

En cuestión, Almirante Brown y Defensores de Belgrano en Isidro Casanova jugarán este viernes a las 14.05, en Isidro Casanova. El colegio especializado, que desarrolla sus actividades de lunes a viernes de 9 a 16.30, se encuentra a menos de 300 metros del estadio del equipo de Isidro Casanova y se suspenden las actividades "como medida de prevención por el accionar de las barras bravas". Indignante.

Indignante: un colegio para chicos autistas suspenderá sus clases por un partido del Ascenso

El año pasado y en este 2017 directivos del Instituto terapéutico y educativo San Martín de Porres y padres de los alumnos enviaron notas a la APREVIDE (Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte) y a la AFA para que no programen más partidos los días hábiles y en horario vespertino en el cercano estadio de Almirante Brown.

Lamentablemente, "jamás contestaron esas cartas, ni siquiera un simple acuse de recibo", sostuvo el psicólogo Claudio Hunter Watts, cofundador y coordinador terapéutico del establecimiento.

"Es evidente que a la APREVIDE y a la AFA le interesan más los negocios del fútbol que la educación y el tratamiento de personas con autismo", sentenció Hunter Watts.

La cercanía entre el colegio y el estadio de Almirante
La cercanía entre el colegio y el estadio de Almirante

Son numerosos los episodios de violencia en esa zona de Isidro Casanova cuando Almirante Brown juega de local. Por caso el de la tarde del jueves 6 de noviembre de 2014 cuando, previo a un partido con Estudiantes de Buenos Aires, dos facciones de la barra brava se enfrentaron a tiros, causando un muerto y cinco heridos de bala, entre ellos un niño de cinco años.

"En aras de los negocios del fútbol se sigue privando a niños y adolescentes que necesitan cuidados especiales de muchas horas de su tratamiento y educación", insistió Hunter Watts, y adelantó que el Instituto y padres de los alumnos estudian la posibilidad de recurrir ante la Justicia "para poner freno, de una vez por todas, a semejante despropósito". Esperemos que, al menos una vez, la Justicia argentina tenga sentido común.