El protagonista fue Kingsley Ehizibue, jugador del Zwolle, quien con su equipo ganando 2 a 1 ante el Feyenoord por la Eredivisie holandesa. Tuvo una situación calara de gol pero falló.

Tras el remate de un compañero, la pelota pegó en el travesaño y le quedó servida en la línea y sin arquero para convertir, pero Ehizibue se nubló, o la lluvia le jugó una pasada y el delantero no pudo convertir lo que era un gol asegurado.