Gonzalo Higuaín se convirtió en un chiste recurrente cuando se habla de algo errado. Las chances dilapidadas en la final del Mundal 2014 y las sucesivas Copas Américas lo dejaron en ese lugar.

Aunque se resiste y clama porque se valoren sus logros con la albiceleste, cree que el estigma es tan fuerte que ni siquiera podría tener un rol formativo por lo sesgada que es la mirada que se tiene de él.