Lo extraño de todo como señaló Distasio, es que nadie se hubiera percatado antes, que hubieron de esperar a que esté por ingresar al campo de juego para advertirlo. Y para colmo, equivocadamente.

La historia es simple. Fernando Gago quería hacer debutar a Tomi Pérez, de 17 años y goleador de la Reserva. El problema es que había jugado el partido de su categoría y el reglamento aclara que si un menor de edad juega en la Reserva deben pasar 24 horas hasta que pueda participar del partido de la Primera.

Lo llamativo es que el partido de Reserva se había jugado el día anterior por la mañana, por lo que el tiempo se habia cumplido con creces. Incluso después del partido, Gago dijo que había hecho los cálculos y sabía que le daban las horas para poder incluirlo. Pero bastó que alguien del banco encendiera la alarma para que el miedo se apodere del cuerpo técnico y el pibe se quede sin debut.