Cabrera, de 41 años, era profesor de Historia y empleado del Concejo Deliberante de la ciudad formoseña de Clorinda, sufrió un “infarto fulminante” según declaró Fabián Villalva que lo acompañaba, en el regreso camino a Río de Janeiro.

Según su amigo, Cabrera, quien tenía un hijo de dos años, “ingresó al baño, y como llamó la atención que no salía, cuando fueron a ver qué pasaba, ya estaba muerto”.

Sus familiares viajaron a Brasil para realizar los trámites correspondientes para traer el cuerpo a nuestro país. Era un apasionado del deporte, hincha de River y dirigente peronista de la cuidad de Clorinda.