En la primera década del siglo XXI, cada vez que Mauricio Macri -por entonces presidente de Boca- necesitaba un resultado, la Conmebol designaba dos árbitros: el paraguayo Carlos Amarilla y el uruguayo Jorge Larrionda. 

Tan evidente era la situación que el equipo al que más veces dirigió el 'charrúa' en toda su carrera local e internacional es Boca. 

¿Por qué hablamos de Larrionda si el protagonista del sábado será el juez de línea Mauricio Espinosa? Desde 2010 es el Presidente de la Asociación Uruguaya de Árbitros de Fútbol (AUDAF) e Comisión de Arbitrajes de la FIFA y Conmebol.

Como fiel alfil de Macri cada vez que lo necesitó, estuvo presente en la cabina del VAR la noche del polémico partido Lanús-River en la Copa del año pasado, donde el conjunto de Núñez fue notablemente perjudicado.

Y la cita del sábado 24, final de la Copa Libertadores ante el rival de toda la vida, no será la excepción. Larrionda recibió la orden desde Buenos Aires de poner uno de sus hombres de confianza en el Monumental. Ahí aparece Mauricio Espinosa.

Escándalo: Boca puso al juez de línea que por sus errores generó la llegada del VAR

El juez de línea es tan malo y polémico que hace un mes el vicepresidente de Nacional de Uruguay lo cruzó en Twitter y el prestigioso diario El Observador hizo una crónica sobre sus errores. Algo insólito.

Pero eso no es lo peor

¿Recuerdan el escandaloso gol que no le cobraron a Frank Lampard en un Alemania-Inglaterra del Mundial 2010? El juez de línea que no lo vio (o no lo quiso cobrar) ¡fue Espinosa!

Se puede decir que gracias al línea uruguayo a la FIFA no le quedó otra que meter la tecnología en el fútbol e implementar el VAR.

La frutilla del postre

Y si algo faltaba a todo esto, el del sábado será el último partido del controversial juez de línea. Espinosa se retira por lo que cualquier favor al equipo de Mauricio Macri y compañía no tendrá consecuencias en su carrera profesional.

Julio Humberto Grondona, cansado de depender de árbitros conocidos y señalados por todos, revolucionó el arte de arreglar partidos con una frase: "¿Para qué me pedís un árbitro si te puedo poner los jueces de línea?".