Sin dudas, Diego Sánchez (25-7) es uno de los luchadores más salvajes y espectaculares de la historia de UFC. El estadounidense de raíces mexicanas lleva más de 13 años como peleador profesional de artes marciales mixtas y 10 dentro de UFC, la liga más importante en el mundo de las MMA.

De cara a su próximo combate, el 21 de noviembre en Monterrey, México, Sánchez habló en exclusiva con Diario Registrado y nos contó cómo llega física y mentalmente para enfrentar al siempre peligroso Ricardo Lamas (15-4).

'El Sueño' viene de superar un dura lesión en la rodilla, por la cual se sometió a una operación y está inactivo desde hace un año y medio (su última pelea fue en junio de 2014).

- ¿Cómo estás vos, tu mente y cuerpo desde tu última operación?

- Me siento estupendo. Tengo 33 años, me siento bien. Estuve un año y medio recuperándome de mi rodilla, me operé en noviembre del año pasado. Me rompió el corazón. Pero ahora estoy sano, estoy bien, mi lesión pasó, me siento fuerte y siento que estoy en el mejor momento de mi vida. Ahora quiero ir a México y dar la mejor pelea de mi carrera.

- ¿Por qué decidiste bajar a la categoría de las 145 libras (65,77 kilos)?

- Porque, por primera vez en mi carrera, seré el luchador con más poder, tendré el alcance más largo, y ese cambiará todo en mi estilo de golpeo. Golpearé a mi rival desde más lejos y podré golpearlo último (en un intercambio). También servirá para utilizar mejor mi lucha.

En su extensa carrera, Diego Sánchez ya compitió dentro de tres divisiones (peso medio, welter y ligero). El sábado 21 iniciará su camino en la categoría de los peso pluma.

- En su última pelea, Ricardo Lamas fue noqueado por Chad Mendes. ¿Cómo es tu plan y tu estrategia para vencer a Lamas?

- Voy a hacerle lo mismo. Voy a noquearlo. Soy el hombre más fuerte, tengo más poder en mis manos que él y voy a salir allí y conseguir el KO.

- ¿Crees que este combate puede ser 'la pelea del año'?

- Tengo que decir que Ricardo Lamas tiene mucho corazón. Pero no creo que él sea tan duro para poder hacer una 'pelea del año'. Ya lo dije, tiene que cambiar su plan de combate, tendrá que cambiar su movimientos, necesita velocidad. Lo verán corriendo, y no se sorprendan si lo noqueo. Estoy listo, estoy preparado para atrapar a esa gallina.

- Para vos que sos un peleador de raíces mexicanas, ¿es un sueño pelear en México?

- Sí, pelear en México es el sueño. Voy a pelear en una ciudad mexicana luego de combatir por diez años en UFC. Finalmente, voy a hacer realidad uno de mis sueños. Antes mi rodilla se lastimó y tuve que salir de una pelea, fue el momento más duro de mi carrera. Estaba muy triste de ver el primer evento de UFC en México desde afuera. Tuve que levantarme, y ahora comprendo porqué Dios quiso que sea así. Tengo algo para decirles: 'Mejores momentos podré darles. Voy a enfrentar al cuarto mejor peleador (de peso pluma) del mundo en una división completamente nueva, en el evento co-estelar, así que esta es la mejor oportunidad para mi y para pelear en México'".

'El Sueño' tenía pactada una pelea en el evento UFC180, en la Ciudad de México, ante Joe Lauzon, pero se lesionó y no pudo participar del mismo.

- Diego, tenés que saber que en Argentina hay muchos fans tuyos. ¿Vas a pelear en Sudamérica o en Argentina algún día? ¿Podemos imaginarnos eso?

- Voy a pelear donde UFC me deje pelear. Esta es la mejor oportunidad para mi de pelear en México, y pelear acá me abre muchas puertas. Mientras siga peleando, lo haré donde quieran.

- ¿Qué opinión tenés de los peleadores argentinos dentro de UFC como Santiago Ponzinibbio, Guido Cannetti o Nazareno Malegarie?

- Los peleadores argentinos son duros hombre, son muy parecidos a los mexicanos porque tienen mucho corazón. Ellos son guerreros.

- Por último Diego, ¿tenés un mensaje para tus fans en Argentina? ¿Qué pueden esperar ellos para el sábado 21?

- Mi mensaje para los fans argentinos sería que me miren pelear y que no se den por vencidos ni pierdan las esperanzas, y ustedes me darán fuerza para ganar. El sábado 21, cuando dé las 145 libras, lo cual es muy difícil, voy a terminar con mi mano alzada.