Sólo el fútbol puede explicar que el equipo que más arriesgó se vaya con las manos vacías. Sólo el fútbol de Van Gaal puede explicar sus goleadas, apostando al contragolpe incluso estando en desventaja.

Holanda lo hizo otra vez. Empezó ganando con una contra fulminante de Robben a los 21 del primer tiempo. Pero un minuto más tarde, Cahill, de zurda y de volea, rompió el arco holandés para sentenciar un empate que no aún no era justo: ¡merecían más los 'Canguros'!.

Esta Holanda no cambia, sigue apostando al contragolpe. Esta vez, le regaló peligrosamente la pelota a Australia, que llegó en al menos dos oportunidades con claridad hasta el arco de Jasper Cillessen.

Ya en el complemento, pese a que Holanda se había adelantado en el campo tras un primer tiempo en el que sufrió, Australia lo dio vuelta con un penal de Jedinek a los 9 minutos, para pasar a ganar el juego 2 a 1.

Pero cuatro minutos más tarde, en una distracción en el fondo de los 'Canguros' -el lateral Davidson no dio el paso al frente en un error de principiante-, Van Persie empató el partido.

Los siguientes diez minutos fueron de ida y vuelta, para uno y para otro, siempre con Australia dueño de la pelota, y Holanda... sí ¡jugaba al contragolpe!

A los 23 del segundo tiempo llegó el hecho con el que se puede explicar el partido. Enseguida de que Australia se había perdido un gol increíble, la apuesta del DT, el 'extremo izquierdo' Memphis Depay -ingresó en el complemento por lesión del defensor Indi-, remató desde la puerta del área y con una ayuda del arquero Ryan, colocó el 3 a 2 para la 'Naranja'.

Así, Holanda, a puro contragolpe, logró la clasificación a octavos de final y envió de vuelta a casa a los 'canguros'.