El fútbol femenino está en crecimiento continuo, captando cada vez más atención y recursos a través de la televisación de sus torneos y estadios colmados.

La Finalissima tuvo al estadio de Wembley colmado, con 83.132 espectadores que asistieron para ver el duelo entre Inglaterra -último campeón de Europa- y Brasil -ganador de la Copa América- que finalizó empatado en un tanto, y se definió por penales. 

Pero lo que llamó la atención fue el gol que abrió el partido que combinó pases por derecha para terminar con un centro atrás que hizo recordar al de Pratto en Madrid.