Iban solo 20 minutos del segundo tiempo cuando algunos jugadores de Newell’s simularon lesionarse para que se suspenda el partido que perdían 4 a 0 -en el Gigante de Arroyito contra Rosario Central aquél 23 de noviembre de 1997- y así no seguir sufriendo semejante humillación.

París ya había sido expulsado y Herrera se tiró al piso dejando a su equipo con seis, por lo que por reglamento el árbitro debió suspender el partido, que ya contaba con los goles de Da Silva, Coudet, Carracedo y Carbonari.

Carbonari concretó el cuarto gol de Central a los 14 minutos del segundo tiempo tras un largo toqueteo de todo el equipo. Los jugadores de Newell's ya no soportaban más la humillación. En ese momento, París se hizo expulsar por una incomprensible agresión a Gerbaudo, defensor de central, que logró sacarle la pelota para luego mandarla al corner. La Lepra ya contaba con solo siete jugadores en cancha, ya que Dalla Líbera, Zamora y Saldaña también habían visto la roja.

Minutos más tarde, Sergio Goycochea salió corriendo desde su arco y le pidió al uruguayo José Herrera que se haga el lesionado y que saliera del campo para que el árbitro de por finalizado el encuentro -según indica el reglamento no pueden haber menos de siete jugadores en cancha-. Sin embargo, desde el banco pensaron que si Herrera se retiraba podía entrar uno de los suplentes, por lo que Zanabria dispuso dos cambios: Fernando Crosa y Albornoz por Franco y Müller. En la jugada siguiente, Herrera se tiró y Roberto Ruscio dio por finalizado el encuentro.

Desde entonces que los canallas celebran el Día del Abandono, al que también se han sumado los hinchas del Millonario, recordando la suspensión del partido en la Bombonera por los octavos de final de la Copa Libertadores, en donde el Panadero y otras nueve personas implicadas tiraron gas pimienta a los jugadores de River, que luego se les dio por ganado el partido.