Diego Simonet hizo historia a sus 28 años: se coronó campeón con de la Liga de Campeones europea con el Montpellier de Francia y además se llevó el premio al Jugador Más Valioso de la 'Final Four' -cuadrangular final-, que se disputó en Colonia, Alemania.

El 'Chino', que anotó seis goles en el triunfo sobre Nantes por 32-26, no solo fue el primer argentino en salir campeón en Europa sino que al obtener el MVP de las finales, también escribió su nombre como el primer jugador no europeo en recibir tal distinción.

Los goles que volvieron locos a los relatores
 

The "Handball Messi" | VELUX EHF FINAL4 2018

“Un argentino MVP de la Champions... No entra en la cabeza de nadie. Es increíble. Ni en mis mejores sueños estaba esto", casi gritó en la transmisión en vivo de DeporTV.

Simonet levantó los trofeos y se abrazó a sus compañeros y con sus padres y su novia, con la que está esperando su primera hija.

"Estoy muy orgulloso de cómo jugué durante todo el fin de semana. Pero más importante que este reconocimiento es ese trofeo grande. Estoy muy contento por el equipo porque trabajamos muchísimo para esto. Y no fue fácil, para nada. Todavía no caigo en lo que conseguimos”, contó Simonet enfundado en una bandera argentina que se colgó al cuello apenas terminó el partido.

La sonrisa no se la saca nadie

PALABRAS DE DIEGO SIMONET LUEGO DE SALIR CAMPEÓN DE EUROPA | Coty Uicich

La historia del mejor del mundo

Diego, hijo de Luis Simonet y de Alicia Moldes, ambos exjugadores de los seleccionados argentinos de handball, se inició en Villa Ballester, ahí en el club Alemán de Márquez y 9 de Julio, junto a sus hermanos Sebastián y Pablo, también integrantes del plantel de los 'Gladiadores'.

Tras un fugaz paso por Brasil, en 2009 viajó a España para firmar contrato con Torrevieja, dos años más tarde llegó a la elite mundial del handball: Francia. Tras dos temporadas en Ivry saltó al Montpellier.

"Quedarme afuera de los Juegos Olímpicos fue muy duro.Trabajé muchísimo para volver a mi nivel”, dijo Simonet al recordar la lesión que lo marginó de Río 2016, la rotura de ligamentos cruzados de la rodilla derecha.

El domingo hizo seis goles y fue la figura del triunfo del partido más importante del mundo: la final de la Liga de Campeones de Europa. Crack para la historia.