El regreso de los campeones del mundo a sus respectivos equipos los hace despertarse del sueño de haber logrado el título más grande que puede conquistar un jugador y de las caricias de millones de argentinos que no paran de agradecérselos.

Pero en cada plantel el recibimiento fue especial, como el que tuvieron los ‘Ciudadanos’ que le mostraron su orgullo y alegría a Julián Álvarez por la conquista.

El noruego Erling Haaland fue uno de los más efusivos con un abrazo interminable al cordobés y fue el instigador del ‘pasillo chino’ con el que lo recibieron entre todos.