Nadie sabe cómo llegó a ese lugar, y menos aun cómo logró mantenerse. A río revuelto aprovechó el vacío de conducción tras la muerte de Julio Grondona, la fallida elección entre Tinelli y Segura, y el apoyo de los clubes del ascenso para posicionarse e ir tejiendo vínculos que lo ubicaron como el mandamás del fútbol argentino.

Así Chiqui Tapia se convirtió en el presidente de la AFA pero parece que no le fue suficiente porque también quería que su Barracas Central jugara en Primera, y con ayuda de los árbitros está cerca de lograrlo.

A pesar de las sucesivas denuncias sobre los escandalosos fallos a favor del equipo dirigido por De Paoli, todo siguió igual a lo largo del torneo y ya está en la final para dirimir el primer ascenso ante Tigre.

Pero Caruso Lombardi, acérrimo crítico de Tapia, fue categórico para explicar por qué al Matador no le será tan fácil acostarlo.