El talento goleador de Paulo Dybala es indiscutible, es de esos jugadores capaces de generar peligro de jugadas intrascendentes, sin la necesidad de que lo abastezcan sus compañeros.

Para eso cuenta a su favor con su fantástica pegada, un disparo que maneja todos los efectos y potencias para vulnerar la estirada de los arqueros.

José Mourinho lo llevó a la Roma para que sea su jugador diferente, el que le aporte un rasgo especial a un equipo que, de a poco, va tomando el carácter que suele imprimirle el entrenador portugués a sus dirigidos.