Gallardo se caracteriza por darle el tiempo suficiente a cada jugador juvenil para que desarrolle sus virtudes en el tiempo que sea necesario. No apurarlo, se dice en el ambiente futbolero. 

Y Carrascal es un claro ejemplo de un jugador que necesita su periodo de adaptación a un fútbol distinto para que su habilidad y su talento puedan explotar.

Además de la pegada de Carrascal, vale la pena detenerse en el arranque y el pase de Hernán López Muñoz -el sobrino nieto de Maradona- otro pichón de crack que asoma en la reserva y ya tuvo minutos en primera.