El Viitorul Constanta, de la liga rumana, le ganaba 4 a 2 al Otelul Galati, pero llegó apretado al final del partido gracias a la desgracia que sufrió uno de sus defensores.

Florin Bejan intentó sacar el balón, que ya había superado al arquero tras una gran definición del delantero rival, con tanta mala fortuna que luego de su despeje la pelota le rebotó en su mano izquierda y entró en su propio arco.