Juani Fernández, la promesa del básquet argentino que juega en Fuenlabrada, enfrentaba con su equipo al Baskonia. En la entrada en calor, entre los estiramientos y los movimientos de rotación articular, siguió la tanda de penales en su teléfono celular y con el disparo de Gonzalo Montiel salió corriendo para festejar la tercera Copa del Mundo de Argentina.

Por su parte, Nicolás Laprovittola, que esperaba en el vestuario para que su equipo, el Barcelona, saliera a la cancha para cruzarse con el Unicaja Málaga tampoco pudo contener las lágrimas ante la emoción de la obtención el título del mundo,

Las estrellas de Barcelona se ríen de su reacción hasta que el coach, el lituani Saras Jasikevicius, lo abrazo -que era todo lo que Nico necesitaba- para llorar de emoción.