Ambos se quedaron sin voz por la emoción del momento. Se abrazaron, lloraron y demostraron que no son sólo comentaristas del deporte sino que lo viven en carne propia.

La emoción de Conte y Montesano es la emoción de un pueblo que vibró a la par de la selección de vóley que finalmente y a pesar de las condiciones adversas para entrenar por la pandemia consiguió con lo justo superar a Brasil.