Nueve sets a favor, y sólo uno en contra. Así viene Juan Martín Del Potro en Roland Garros versión 2018. Contundente. En la tercera ronda pasó al español Albert Ramos por 7-5, 6-4 y 6-1, y volvió a meterse en los octavos de final del Grand Slam francés, como lo hizo en 2009 (perdió en semis) y 2012 (perdió en cuartos). Ahora espera por rival para el lunes: Isner o Herbert.

La Torre de Tandil se mudó a París para no tener nada que envidiarle a la Torre Eiffel. A paso firme, con altura y derechas imparables, Delpo apretó su juego en los momentos justos y Ramos no tuvo nada qué hacer. Quebró para cerrar 7-5 el primer set y para completar el 6-4 del segundo. Es cierto que las doble faltas del español ayudaron. En el tercero salió con todo, se puso 3-0 y lo cerró cediendo apenas un game, en 29 minutos. En total fueron dos horas y 18 minutos, no tanto teniendo en cuenta la superficie y que se juega al mejor de cinco.

Además de correr y meter, Juan Martín mostró que su muñeca dejó atrás operaciones y dolores. El ejemplo de eso fue el punto con el logró el último quiebre del partido (el 3-1 del tercer set): metió drop para traer al español en la red y luego le mandó globo para hacerlo correr y obligarlo al error. Ese punto lo gritó bien fuerte, para sacarse todo lo que tenía adentro. Igual dejó su marca en el polvo de ladrillo, liquidando el encuentro con un ace a la T.